Desde hace casi 6 años María Malo decidió cambiar todo el modelo empresarial con el que venía trabajando con su empresa Mala Mujer, para reconvertirlo en María Malo, su gran apuesta por la sostenibilidad. Tras 14 años en el mundo de la moda, decidió unirlo a sus estudios universitarios de Ciencias Ambientales y comenzó una aventura por el mundo de la moda sostenible o “slow fashion”.
En New Rule Magazine hemos querido que nos cuente su trayectoria y algunas curiosidades sobre la ropa y los proyectos en los que está centrada.
Los comienzos de María Malo
¿Cómo decidiste dar el cambio hacia un sistema empresarial más sostenible?
Pues llega un momento en el que necesité unir mi experiencia en el mundo de la moda con mi vocación y mi pasión por la naturaleza. En realidad, no tenía ningún sentido para mí estar trabajando en la industria del “fast fashion”, que es la segunda más contaminante del planeta.
Cuando decidí dar el paso y transformar y evolucionar, digo que al corazón se le cayeron los cuernos y por metamorfosis abrió sus alas de mariposa. Por eso el logo es un corazón con alas, y dentro está todo lo que me movía.
Nos explica haciendo referencia al cambio entre los logos de las dos empresas.
“Los proveedores con los que trabajaba hasta entonces en Turquía, Portugal o la India no tenían acceso a lo que yo estaba buscando y tampoco me iban a aceptar volúmenes pequeñitos; así que cerré todo y volví a empezar de cero”.
A lo largo del proceso de creación de una empresa suelen pasar cosas curiosas. ¿Tienes alguna anécdota divertida que quieras compartir con nuestras lectoras y lectores?
Tengo una. Cuando empecé la búsqueda antes de venir a Bali me fui a ver una fábrica en Marruecos, y por supuesto ya había dicho que estaba buscando trabajar de forma sostenible. Pues lo primero que vi fue mujeres que las traen en un autobús a las 7:00 de la mañana obligadas a trabajar y que se pasan ahí 14 horas trabajando con cronómetro.
Las palabras de María me entristecen profundamente. Está claro que estas situaciones se viven a diario en muchos países, y que comprando en tiendas que promueven el “fast fashion” tan solo lo estamos fomentando y apoyando. ¿No crees que es hora de hacer un cambio en nuestros hábitos de consumo?
Si nos ves trabajando aquí en mi taller de Bali, te entra la risa. Nos sentamos en el suelo y paramos si tenemos hambre, nos ponemos un té… Podemos darle 20 vueltas a una muestra y hasta que no la tenemos, no arrancamos. Ahí están como con el cronómetro y el látigo porque para que la prenda pueda salir rentable al señor que la está comprando a un precio ridículamente barato, no pueden emplear más de unos segundos en hacer cada cosa. Y si se pasa de esos segundos ya no es rentable esa prenda.
Me cuenta la fundadora de la marca con una sonrisa.
Ya para mí, para empezar, eso era un horror. Pues en la visita de ese día entré en el despacho y le pregunté sobre los embalajes y el señor me saco un plástico que era muy grueso, vamos, que era poliuretano puro. Y me quería convencer mirándome a la cara de que ese plástico era biodegradable. ¡Este señor me estaba mirando la cara y me estaba mintiendo con toda su cara dura!.
Así que le dije: mira vamos a hacer una prueba si tienes un mechero. Ahí ya se dieron cuenta que mi visita se había terminado. No sé si es graciosa o triste la anécdota, pero esos fueron los comienzos.
Cómo se trabaja en una empresa de moda sostenible
La verdad es que es muy triste que sucedan situaciones de este estilo todos lo días. Has hecho mención a tu taller en Bali. ¿Cuántas personas estáis trabajando allí?
En el taller depende de la de la época. O sea, tener fijos, que estemos siempre, no somos muchos. Somos pues 11 o 12. Y cuando estamos en proceso de producción más altos, vienen más personas a trabajar al taller o subcontratamos a trabajadores que son de la misma familia.
Parte de la producción se lleva a casa de alguno de ellos, que tienen sus talleres ellos ahí, entones sabemos dónde se está cosiendo cada prenda.
¿Y cuánto tardáis más o menos en crear una prenda sostenible?
Depende de la complicación de la prenda. Tiene varias fases, desde la idea, hasta el dibujo, hasta completar con el primer patrón, a encontrar el tejido, una primera muestra (un prototipo) probarlo, corregirlo, corregir el patrón, volver a cortar… El proceso en sí. Y cuando ya está perfecto dices: como este, todos. Pero de repente te han cambiado un pespunte o un botón. O de repente ves que es más largo por un lado… Al final tienes que estar encima en control de calidad.
Yo soy bastante flexible porque si se me pasa algo me culpo a mí de no haber estado pendiente. Ahora todos los tintes que hacemos son naturales. Para que el tinte natural coja bien, es fundamental que el tejido no tenga químicos. Si el tejido tiene algún químico se van a quedar manchas y nos han llegado unos tejidos que deberían ser naturales pero han dejado manchas. Tengo que averiguar por qué.
¿Con qué hacéis los tintes naturales en María Malo?
Son todos con plantas y se fija con sal. En realidad, el índigo se usa para mucho y a partir del índigo, que es el azul, si lo mezclas con mango, te sale el verde. Dependiendo del color que quieras, pero se puede sacar cualquier color de forma natural.
A mí me gustan los tintes orgánicos, que el color esté vivo. Lo orgánico para mí significa que igual que tú y que yo o que esa planta, va a ir cambiando. Eso es precioso porque tiene más carácter.
En la web de la tienda podemos ver que utilizáis diferentes tipos de materiales para crear las telas. ¿Cuáles son y qué texturas tienen?
María Malo nos cuenta que para que sus tejidos sean sostenibles, cuida mucho la elección de los materiales y el proceso de creación. En su marca de slow fashion utiliza estos tejidos:
- Eucalipto: “hay diferentes acabados a partir de este tipo de fibras. Yo utilizo 3. Una es similar al lino, pero que a mí me gusta más que el lino porque es menos tieso y no se arruga tanto. Otra que es un gual, que tiene una caída preciosa y se ve como un poco satinado. Y luego utilizó modal, que es maya como de camiseta, pero es también de fibra de eucalipto con lo cual es transpirable, es mucho más agradable que el algodón, tiene resistencia y es biodegradable. Lo bueno del eucalipto es que crece salvaje y no le afectan las plagas, por lo que no son necesarios los pesticidas“.
- Bambú: “utilizo mucho bambú satinado, que parece seda. He hecho kimonos, aunque todavía no están en España”.
- Nylon regenerado: “esto se consigue de redes de pesca y residuos plásticos con el que se hacen diferentes acabados. Este lo uso para la colección de baño”.
¿Cómo es el proceso de diseño de una prenda?
María me explica que no realiza diseños sin más. Se trata de una marca sostenible, por eso para ella no tendría sentido diseñar algo que no necesite. Cuando le pregunto, me cuenta un ejemplo muy claro de su prenda favorita en este momento.
Aquí si vas al agua a las horas centrales del día te fríes. Estuve de vacaciones y claro, estaba todo el día en el agua surfeando, y a las horas centrales del día el sol me dejaba como frita. Hay gente que va con gorro, pero a mí no me gustaba nada lo del gorro y puse a pensar. Y dije, quiero tener una capucha para estar aquí en el agua con ella puesta, pero que cuando venga la ola me la pueda quitar. Y entonces desarrollé esta prenda. Así, desde la necesidad propia.
María Malo es principalmente una marca online, pero ¿tenéis puntos de venta físicos para que se pueda interactuar con el producto antes de comprarlo?
Sí que tenemos algunos puntos físicos. Tenemos en Tarifa y en Bali. Bueno, sí que veo de repente a lo mejor en Hawaii o Australia, sitios así que respiren un poco el mismo estilo de vida. En cualquier caso, son flagship stores. Son puntos de venta para que puedas ir, probarte, tocar… Pero el plan de abrir tiendas por todas partes no va conmigo.
Yo que tengo en tiendas físicas en lugares vacacionales, noto como en temporada alta se vende mucho más. Se vende incluso más que on-line. Pero en invierno es al revés. Y ahora con la pandemia la tienda online está creciendo sin parar.
¿Estás participando en alguna campaña ahora mismo?
La creadora de María Malo me explica que las que se encuentran en su página web son colaboraciones de hace tiempo. Se trata de dos campañas. La primera, Green Vasion, está destinada a la reforestación de árboles junto con La Fábrica Verde. La segunda, I Care, llevada a cabo junto a Ocean Care, con el objetivo de destinar dinero a la limpia de los océanos de plásticos y al rescate de animales atrapados entre la basura.
Sin embargo, cuando le pregunto sobre las campañas en la actualidad me cuenta: “Esto han sido colaboraciones con empresas para ayudarlas a financiarse, pero me apetece más que sea algo propio. Pero para eso tengo que tener todo organizado para empezar con una fundación”
¿Qué otras previsiones a futuro tienes con la empresa?
Ahora es todo un poco incierto, pero lo que si que quiero es centralizar todas las operaciones aquí en Bali en lugar de en España y abrirle las puertas a Asia y a Australia que no estábamos allí todavía. Para mí personalmente quiero seguir investigando y buscando alternativas porque el objetivo es la economía circular.
Centralizar todo en Bali significa que la paquetería de cada pedido sale desde Bali y no me parece nada sostenible estar enviando paquetes individuales. Entonces es reeducar a los clientes para decir: oye no te va a tardar 2 días ni 3, igual te va a tardar 20 en llegar tu pedido. Vamos a esperar para hacer un envío a la semana con muchos pedidos, y que ya desde España se repartan.
La apuesta por el futuro
Sin duda se trata de una de las marcas que más se acercan a la sostenibilidad total y por tanto desde New Rule Magazine nos ha enamorado este proyecto tan especial. El mundo está cambiando y tenemos que ayudar a que cambie apoyando a marcas como la de la creativa María Malo.